Hermanos Juramentados de la Espada Negra
Los extraños movimientos del capitalismo
6-8-2014 14:06
Por Verion
Hace unos años este servidor de sus mercedes se reunía con pequeñas editoriales para intentar llegar a publicar algunas novelas (no necesariamente de Espada Negra) en un ámbito diferente al que actualmente la hermandad promueve. Durante las reuniones y conversaciones en las que estuve pude ver que autores y editores estaban preocupados por la incipiente irrupción del libro electrónico.

Yo no me sentía convencido de que los hábitos de consumo fueran a virar en una dirección o en otra. No sabía si el formato electrónico se impondría al impreso, o si por el contrario el medio físico aguantaría lo que no había aguantado en la música. Es decir, me parece bastante claro que un CD no tiene ventajas frente a unos mp3, mientras que un libro físico tiene al menos una ventaja objetiva: no se le acaba la batería.

Las ventajas del libro electrónico, no obstante, son un buen montón. No me refiero a descargar a mansalva, sino a su cómodo tamaño, su fácil forma de pasar de página (de hecho se manejan con una sola mano), su capacidad de almacenamiento y sus funciones adicionales.

Su gran defecto desde mi punto de vista ha sido siempre no estar adaptado para el manual técnico, incluyendo en este caso juegos de rol. En este sentido habría sido necesario un mayor tamaño y un sistema de gestión de índices y marca páginas mucho más ágil. Un buen tamaño también habría estado muy bien para leer comic, pero eso es otro asunto.

Para muchos lectores habituales de novela este dispositivo se convirtió rápidamente en un aliado importante en el día a día. En 2011 se vendieron 23 millones de dispositivos de este tipo, que no está nada mal para ser un cacharro destinado a la lectura.

Yo creo que debió ser ese año o el anterior cuando me hice con un modelo de sony de siete pulgadas, lo cual es un tamaño muy decente para ellos. No se comercializaba en España, así que tuve que comprarlo por ebay a una nación extranjera. Todavía tenía mis reservas, pero desde entonces no he leído novela en físico, solamente en algún viaje en el que no quería llevar cosas que se pudieran romper.

No fue casualidad que me comprara un dispositivo de esa marca. Se adaptaba a una muy buena cantidad de formatos, tenía una interfaz que me gustaba (la había visto en dispositivos de mis conocidos) y las reseñas por internet indicaban muy pocos retornos a fábrica. A fecha de hoy ese aparato me sigue sirviendo.

Por cierto, desde entonces recomendé estos aparatos a otros conocidos que fueron adquiriendo versiones mejores y más baratas. El producto que actualmente distribuye sony me gusta, y siempre tonteo con la idea de comprarlo, pues es mucho más ligero que el mío. Pero es que sigue funcionando, y soy perezoso para gastar los dineros que tanto cuesta ganar.

En algún momento posterior llegó la explosión de las tablet. Aparatos mucho más versátiles e incluso baratos que los libros electrónicos. Muchos conocidos míos los utilizan para leer libros.

¡MAL!


Un libro electrónico se parece al papel y la tinta, porque imprime el contenido sobre la pantalla, y ahí se queda hasta que cambias de página. Una tablet tiene refresco de pantalla y brillo, lo que cansa la vista. ¿Es que no pasamos suficiente tiempo delante de pantalla? Aún peor, hay estudios que relacionan el uso de dispositivos con este tipo de pantalla antes de dormir con un sueño de peor calidad.

Dicho esto, voy a señalar por fin (me cuesta ir al grano) una noticia cualquiera del día de ayer.

"Sony cierra su línea de lectores de libros electrónicos: adiós a Reader"

Esta información se puede analizar desde varios puntos de vista que a mí me parecen interesantes (interesantes para mal).
El consumo de libros electrónicos ha descendido brutalmente, y se espera que para 2017 se vendan 10 millones de dispositivos (recordemos, 23 millones en 2011). Se atribuye este descenso a la aparición e las tablet, mucho más versátiles, y todo eso.

Yo añadiría otro argumento. Las personas ya tienen un libro electrónico, y, afrontémoslo, son aparatos robustos que no se ven demasiado superados por las versiones posteriores. No hay un gran motivo para cambiar de dispositivo porque te sigue abriendo los libros de hoy en día y los de ayer.

En cualquier caso las ventas de dispositivos electrónicos de lectura no son muy atractivas. Todas las empresas que antaño se dedicaban a este negocio han huido al de las tablet y los móviles, desde la española BQ a, ahora, la enorme Sony. La menguante sección de estos dispositivos en las tiendas tendrá dentro de poco tiempo solo alternativas chinas, y con algo más de tiempo, desaparecerá.

Y el que quiera comprar un dispositivo de lectura se verá obligado a una única elección. Kindle, de Amazon. Porque sí, ya tiene una posición dominante y hegemónica con más de un 90% de las ventas.

Yo nunca quise tener un Kindle. De acuerdo que tiene un contraste excelente, pero su política de gestión de contenidos es muy peligrosa. Nada impide que en una posible actualización obligatoria futura solo se puedan leer libros adquiridos en su plataforna, Y teniendo una posición de dominio hegemónico... ¿podría ser? Quizá no, porque ellos tienen muy acostumbrado a su público a comprar los libros bastante baratillos. No parece que necesiten ponerse impositivos. Aún así no me gusta.

Mi relación con sony siempre ha sido un poco contradictoria. Por una parte sus dispositivos de lectura electrónica me gustan mucho y permitían poner linux en la playstation 3, pero por otra luego lo impidieron. Es una empresa, al fin y al cabo, como todas las demás. Van por donde hay negocio, y si el negocio es hacer las cosas bien, van por ahí, pero si es hacerlas mal, pues van por allá, y listo.

Por ello sentir pena es un poco estúpido. Es una línea de una empresa, no es un artista ni un familiar. Pero a mí me gustaba la línea, y contaba con que algún día renovaría y ya pesado dispositivo electrónico por un hermano más ligero y con mejores prestaciones.

Desde sony nos recomiendan hacernos con un kobo. Un dispositivo con -sin duda- mucha calidad, pero que no tiene botón de pasar de página. ¡Yo quiero leer con una sola mano!

Dejando de lado mi poco importante frustración personal, la dinámica de mercado en relación con los dispositivos electrónicos de lectura me parece peligrosa. ¿Será en el futuro Kindle la única opción? ¿Desaparecerá por completo esta tecnología y todos leeremos en tablets en la cama, empeorando la calidad de nuestro sueño? ¿No me quedará más remedio que volver a los libros físicos?

Supongo que en general la vida tiene preocupaciones mucho más importantes que esta. Pero en la pequeña medida en la que este asunto sea importante, me molesta.


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