Hermanos Juramentados de la Espada Negra
La injustificable actitud de los blandos
4-4-2012 15:08
Por Verion
En ocasiones recibo críticas razonadas de que algunos de mis artículos no gozan de una claridad objetiva en el trato de los defectos. Si bien he de reconocer que es cierto, he de contestar que yo no me he erigido la autoridad objetiva en categorizar estos conceptos, y que además la propia definición de los mismos no forma conjuntos estancos. ¿En qué momento la indecisión es cobardía? ¿Cual es exactamente el horizonte entre la crueldad y la brusquedad? ¿Es siempre separable la ostentosidad de la arrogancia? Desde luego no me corresponde a mí determinarlo.

En este caso, no obstante, mi búsqueda sí me lleva a una observación bastante objetiva, y creo que mis críticos habrán de coincidir, si no en el juicio, en la observación de los hechos.

El defecto del que hago observación en este caso es de "blando", o más literalmente "blandez" (como sustantivo en el eridio original). Este defecto es el opuesto a la justicia, en términos de la descripción tradicional, y se compara a la virtud de compasión.

Así pues se puede hablar de que incurren en este defecto aquellos que en un exceso de compasión se abstienen de atribuir juicio. Esto, por supuesto, puede tener vertientes menores comunes, como dejar sin castigo un fallo menor, o puede ser más trascendente, como no imponerlo en caso de crímenes muy obvios.

Yo creo que el aspecto destacable de este defecto en la sociedad actual es el relativo a dejar sin castigo no actos concretos, sino actitudes globales que no son en absoluto tolerables. No significa, por supuesto, que los actos específicos no entren dentro del concepto de este defecto, sino que señalo que la primera situación es específicamente frecuente.

Tolerar actitudes que uno considera malvadas, intolerables o simplemente defectuosas es un grave mal en sí mismo, pues esas personas que no reciben castigo, condena o aislamiento se sienten respaldadas en su actitud y siguen realizando sus acciones, ya sea con conciencia de su significado o sin ella.

¿Cuantas veces no se ha encontrado con una actitud que considera reprochable? ¿Y si otros hubieran cursado castigo a su perpetrador? ¿Habría cesado en su actitud? ¿Se lo reprochó usted?

No pretendo que esta actitud de castigo entre dentro de la definición del defecto contrario, la crueldad, sino de la virtud, la justicia. Es por eso que el bien criterio debe ser la guía en esta actitud. Pero debe serlo, porque lo contrario puede ser causa y es respaldo de muchos problemas, tanto que nos hemos vuelto tolerantes ante hechos intolerables hasta comprenderlos y asumirlos como cotidianos.