Hermanos Juramentados de la Espada Negra
Una nostalgia sin nombre
19-4-2021 15:05
Por Verion
Hace ya cosa de un cuarto de siglo una enfermera me dijo que ser niño era lo mejor de la vida. La recuerdo como una mujer relativamente joven y muy amable, y en absoluto me tomé sus palabras como algo incorrecto o ingenuo. Claro que yo estaba postrado en una cama con ambas piernas escayoladas y me iba a estar seis meses sin poder caminar, y pasado ese tiempo tendría que volver a aprender a andar y estarme con muletas otro medio año. Pero si me hubieran preguntado, con piernas o sin ellas, habría dicho que ser niño era una mierda de cojones.

Eso no significa que no creyera a aquella amable enfermera cuyos cuidados recuerdo con agradecimiento: entendía que ser niño podía ser una mierda, y que ser adulto fuese aún peor. Como era algo que iba a pasar de todas maneras, mis actos u opiniones no tendrían relevancia, así que supongo que elevé los hombros, y quizá se me saldría una lágrima porque recuerdo que las piernas me dolían muchísimo.

Desde mi punto de vista, ser adulto fue en general bastante mejor que ser niño. Como niño estaba sometido a los dictámenes de un progenitor bastante problemático, pero tengo que hacer matices en que he observado que, en mi experiencia, hay bastantes grados de “adultez”.

El caso es que como mi infancia fue un asco asqueroso, mi vida de adulto ha sido en general bastante mejor, y esto me ha llevado a renegar de ciertos aspectos de mi vida anterior. Uno de ellos fue el aspecto musical, en el que se produjo mucho cambio desde cierto rock que me gustaba entonces, hasta mis tendencias actuales mucho más extremas.

Este aspecto es especialmente paradigmático porque yo me pasé media infancia escuchando un grupo concreto: los “Beach Boys”, y desde entonces siempre he entendido de forma subconsciente que esta afición no venía de una elección personal sino de una influencia de mi padre que era, en cualquier caso, un aficionado muy evidente al rock and roll.

Entiéndase que no es que considere que los “Beach Boys” sean un mal grupo. De hecho siempre me han gustado, pero de esa forma en la que es difícil saber si es por el criterio personal o por la nostalgia de los tiempos pretéritos.

Pero hace unas pocas semanas volví a escuchar este grupo porque me pareció muy adecuado para una situación muy concreta que tampoco es necesario detallar. Digamos que me puse a hacer surf, o al menos algo parecido al surf que se puede hacer en mi pueblo de la castilla. Al que quiera detalles, por privado.

Quizá habría pasado sin más, pero se dio la circunstancia de que estaba presente mi hermana, quien ha sobrevivido a la edad adulta siendo más emotiva y razonable que yo. Ella me señaló entonces que se había sentido transportada a la infancia en la que yo escuchaba esa música, y entonces yo le señalé la diatriba mencionada en los anteriores párrafos, y fue ella quien me sacó de mi error.

“Nuestro padre escuchaba mucha música” me vino a decir, “pero tú elegiste ese grupo, no otro”. Bueno, me lo dijo de una forma algo más complicada, pero me transmitió esa idea de una forma cristalina. Así que pensé: “Pues voy a escuchar a los Beach Boys desde una perspectiva positiva”.

El acto me llevó no mucho esfuerzo. Recuerdo que era muy aficionado a una compilación muy concreta que tenía en un par de cintas azules. No me costó demasiado encontrar información en internet y me hice con el material en un formato moderno. Y cuando llegó un rato tranquilo, en solitario, le di al “play”. ¿Y qué sentí?

Pues la verdad es que me acordé completamente de mi viejísima cadena de sonido con doble pletina, y de jugar tirado en el suelo de mi habitación con las tortugas ninja. Me acordé de la voz de mi madre llamándome para que bajara a cenar, y de lo mucho que me quiso, y de la forma en la que se querer se convirtió en oportunidades reales para mí. En definitiva, sentí mucha pena.

No sé si la enfermera que cito en el primer párrafo se refería a esto, a que como adulto por narices vas a perder a personas maravillosas que fueron importantes para ti, pero en ese sentido tengo que decir que es algo que no tiene nada de positivo.

Debe haber un nombre para este sentimiento, acordarte de alguien que has perdido gracias a un estímulo totalmente diferente, y sentir algo que es bonito pero que te llena de tristeza. Yo no encuentro esa palabra, y eso que está muy presente en mi vida, en cada acto en el que intento construir esas cosas que me gustaban de niño, pero mucho más perfectas. Y por mucho que me esfuerce siempre me va a faltar algo que ya no puede volver.

Si alguien en comentarios me dice esa palabra, sea en el idioma que sea, estaré agradecido. Si no, tendré que inventármela.


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Re: Una nostalgia sin nombre
19-4-2021 17:52
Por Taraak
Creo que es "añoranza", no como la "nostalgia" que la siento con unas connotaciones distintas. Es un como un deseo muy profundo y penetrante, que se desata por cualquier cosa (o no te dabas cuenta de que ya estaba ahí) y te deja melancólico.
Re: Una nostalgia sin nombre
19-4-2021 20:00
Por Verion
Es algo más jodido. La añoranza no duele así.
Re: Una nostalgia sin nombre
19-4-2021 20:37
Por Taraak
No estoy de acuerdo, como con el amor, hay gradientes, y hay veces que añoro con tanta fuerza algo perdido que me siento morir de angustia.
Re: Una nostalgia sin nombre
22-4-2021 10:49
Cuando siento algo parecido, por ejemplo relacionado con uno de mis abuelos, me viene a la mente "vacío".