Hermanos Juramentados de la Espada Negra
Novelas de rol
28-7-2015 11:26
Por Verion
El otro día se me convocó a participar en un hilo en google plus en relación con novelas roleras. El hechicero encargado fue en este caso Félix Cancelo, al que envío mi salutación. En el citado hilo no se profundizó demasiado, pero sí se mencionaron algunos conceptos que me dieron que pensar, y como soy escritor y creador de juegos de rol quise compartir mi opinión.

No obstante esto no significa en absoluto que mi opinión tenga un valor especial por encima de cualquiera otra, ya sea de otros escritores y creadores, o jugadores que disfruten de una o de otra cosa, o de las dos juntas o por separado. Es solo opinión.

En primer lugar creo que este debate en sí mismo ya está “degenerado” desde su misma premisa. El mundo del rol es enorme, y creo que todos jugamos al rol con muy diferentes estilos en función a si queremos fomentar unos valores u otros en nuestras partidas y campañas. El mundo de la novela es tan enorme que yo, humilde servidor de sus mercedes, no puedo pretender clasificarlo sin que venga Zonk a mandarme callar. Lo que quiero decir es que el increíble mundo de las motivaciones roleras se puede combinar con el increíble mundo de las motivaciones novelísticas y dar lugar a muchas ideas que escapan a mi comprensión y que han de recorrer otros hombres y mujeres que no son yo.

En esta dirección de “novelas roleras” que cita el hilo se podría hablar de una influencia en ambas direcciones. Por ejemplo, podemos tener una metatrama que consideramos fuerte e interesante, y tratar de hacer una novela de ello. En ocasiones esto se ha hecho contratando a un profesional, lo que da lugar normalmente a subproductos de baja calidad. En otras ocasiones se insiste en hacer una interpretación bastante literal de sucesos ocurridos en partida, lo que también ha dado lugar, en mi opinión, a subproductos pobres.

La dirección contraria parece funcionar con algo más de soltura. Es decir, que una novela o serie de novelas den lugar a un concepto de entorno de juego para el que luego se adapta o crea un sistema. Se redacta todo adecuadamente, se ponen unas ilustraciones, y tenemos algo que se puede considerar que funciona. O que algunos consideran que funciona, cada cual sabrá.

En este sentido el mundo dibujado por las novelas debe ser respetado por el juego de rol, lo cual es más complicado de lo que parece. Por no poner ejemplos que hagan sangrar a algunos simplemente diré que jugar el ambiente de Espada Negra con el sistema de D&D da lugar a un híbrido infuncional porque los eventos sobrenaturales en dicho sistema son cotidianos y no tienen consecuencias para sus perpetradores.

Yo diría que esta segunda forma de obrar (partir de novelas y llegar a juegos) es algo más razonable , y el motivo es que los jugadores de rol tienen mucha carga intencional que provoca una forma de trama muy específica. Los grupos de juego que favorecen el intervencionismo dan tramas demasiado forzadas, mientras que los que favorecen la libertad dan lugar a tramas inexistentes, más bien a vivencias no necesariamente hiladas. Aún diría más, creo que muchos jugadores de rol pueden ser pésimos escritores precisamente por la forma de estructurar la narrativa heredada de ello.

Tampoco me parece particularmente buena idea utilizar herramientas de juegos de rol como la creación de personajes a fin de estructurar los de una novela. Soy de la opinión de que precisamente estas herramientas pretenden introducir conceptos narrativos en jugadores, y que estas herramientas, perdónenme los lectores roleros, son aproximaciones simples que precisamente un jugador avezado puede dar por superadas en un momento de su historia como jugador. Un guionista que se precie de tal debería tener un firme conocimiento de las psicologías, naturalezas y conductas que quiere representar, y las herramientas roleras se le deberían quedar rápidamente pequeñas.

Cuando empecé a escribir novelas de Espada Negra no lo hice en absoluto pensando en satisfacer a jugadores de rol en, podríamos decir, su faceta rolera, a pesar de que los jugadores de rol puedan ser potenciales lectores de novela. Siempre pensé que las novelas de Espada Negra eran un hecho creativo muy distinto del concepto de juego de rol.

No debe concluirse de mis palabras que considere el jugar al rol como un arte menor, cosa que no hago. De hecho me pregunto si no hay en mis intenciones un deseo subconsciente en dirección normalizadora. Es decir, que mediante la publicación de unas novelas que fueran buenas en sí mismas (aunque eso lo tiene que juzgar el público) se pudiera acercar de alguna forma a los lectores al rol. Yo siempre busqué una expresión de lo militarmente factible, en un género más cercano a la ficción bélica que a la fantasía heroica. Siempre pensé que sería más fácil llegar, de hecho, a los lectores mediante las novelas de Espada Negra, que a los jugadores de rol mediante el juego de rol. Por el momento parece que me equivoqué.

Creo que esto no significa que sea imposible que una obra creativa incluya separados tanto juego de rol como novelas desde el punto de vista de su misma concepción (cosa de la que se me ocurre al menos un ejemplo que valoro), pero creo que debe contar con un valor absolutamente independiente.

No podría concluir este texto sin citar a los librojuegos, que de alguna forma son una fusión de estos dos conceptos, y me consta que algunas incluso incluyen un sistema para resolver los conflictos. Pero mi experiencia en este sentido me hace sentir que son malas como novela y malas como juego de rol, y que si bien tienen su atractivo no alcanzan a las novelas en lo que las novelas son buenas, ni a los juegos de rol en lo que son buenos.

Me despido por el momento con el deseo de que nadie se tome este texto más que como la opinión de una sola persona que asume que puede estar equivocada.


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