Hermanos Juramentados de la Espada Negra
Estaremos aquí cuando todos hayáis muerto
27-11-2013 14:43
Por Verion
Antes de que publicáramos el juego de rol (en beta, por ahora) yo tenía la costumbre de hablar de los defectos de las personas y su relación con el caos. Por ejemplo, en los siguientes artículos:

-Nada excusable arrogancia.
-Buscando a los defectos: el individualismo.
-No te perdonarás.
-La injustificable actitud de los blandos.
-El orientado camino de la ostentación.
-Siempre evidente crueldad...
-Los atentos ojos de la conveniencia.
-Dolorosa indiferencia.
-La usual cara de la temeridad.




En realidad tengo algo dentro de mí que siempre está diciéndome que predique (en el desierto de internet) sobre estos asuntos, y supongo que por eso he sido señalado en ocasiones como el "Pepito Grillo" de los juegos de rol. Hago por callarme, pero lo cierto es que al final no me callo mucho. Supongo que si no me esforzara simplemente sería insoportable.

Estos artículos tratan sobre todo con las formas que cada sociedad tiene de asumir el mal basándose en sus preceptos o axiomas, y en muchos casos incluso el mismo indiviiduo ocasiona un mal sobre sí debido a que no es capaz de valorar sus intereses a largo plazo en relación con los intereses a corto plazo.

Es curioso que en la sociedad occidental moderna las personas están muy informadas (de hecho casi se puede decir que están tan informadas como quieran estar) pero aún así se produce una situación de auto indefensión o falta de respuesta más o menos combativa. En el caso de la sociedad española parece que hay una desvinculación entre gobernantes y gobernados muy evidente, pero también parece poco probable que se produzca algún cambio.

Este tipo de actitudes enquistadas en las que un cordero defiende al lobo que le está mordiendo la carne son muy curiosas, y aunque no son solo propias del capitalismo moderno, sí me llaman la atención porque las personas no tienen la justificación de la falta de información.

Pondré como ejemplo a los escritores y creadores. Tengo mucho contacto con este gremio debido a que, entre otras cosas, escribo y creo, pero no soy un defensor del sistema económico ni de algunos derechos de autor. Sin enbargo la mayoría de individuos de este colectivo encuentran un argumento en el concepto de que "de algo tendré que comer".

En este sentido encuentro rápidamente una contradicción: o una de dos, o eres un capitalista liberal, y entonces te riges por el libre mercado, y el libre mercado dice que tu creación no vale nada... o crees que debe haber un modelo alternativo... y entonces deberías luchar por ello.

Quizá tenga una sugerencia para ese modelo alternativo, pero desde luego creo que argumentar que "hay que ser realistas" y pretender que los gobernantes legislen en beneficio del creador no es una solución a largo plazo. No solo no lo es siendo realistas (por mucha ley, se seguirá pirateando al gusto), sino que aunque lo fuera crearía una brecha complicada poniendo a los creadores en el bando de amigos de los políticos (yo no querría estar ahí) desvinculándolos inmediatamente de las clases medias y bajas.

Así que desde mi punto de vista existen muchos colectivos a los que el modelo económico y social les ha fallado. Los creadores prueban su trozo de mierda, pero los trabajadores están hechos mierda.

No es este ejemplo concreto el que me ha hecho pensar (una vez más) en este asunto, sino algunos eventos recientes en relación con cuestiones de licencias, expectativas en crowfundings y sobre todo evidencias en relación con al poder de la melancolía. Un asunto que pone el dedo en la llaga de demasiadas cuestiones que se entremezclan y que confunden al asiduo a las mesas de juego, pues implican axiomas fundamentales de la sociedad que en realidad deberían ser rechazados.

A los que querían crear buenos juegos, el sistema les ha fallado: las grandes empresas tienen el control y no buscan la innovación sino la inversión segura.

A los melancólicos el sistema les falló, y un fallo del sistema les hizo ver una luz que no era tal.

A los que no eran melancólicos el sistema les falló de forma indirecta: accederán sólo a lo que el sistema financió.

Todos ellos pudieron evitar estos fallos: había armas para conseguirlo.

Todos fallaron: no lucharon contra el sistema.

Todos fueron el sistema.

Pero la hermandad de la Espada Negra no ha fallado, ni fallará. Miramos hacia adelante cuidando el presente y vigilando nuestro pasado. Comprendemos y escapamos de todas las formas posibles a los axiomas inútiles de la sociedad.

Por eso la hermandad estará aquí cuando todo lo demás fracase. Cuando el subcosnciente social esté tan agotado por las contradicciones estructurales que no tenga fuerzas para ponerse en pie, aquí estaremos con las mismas respuestas que ahora.

Seguirán siendo igual de ciertas.


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