Hermanos Juramentados de la Espada Negra
¿Estoy loco?
13-12-2017 09:12
Por Siul
Nunca he estado en la cárcel. Espero no estar nunca en la cárcel.
Pese a ello siento que vivo en una cárcel y creo que la sociedad dentro de una cárcel no es más que el reflejo de la vida y sociedad fuera de la cárcel, solo que las paredes y barrotes son físicos en él primer caso.
La rutina a la que uno se ve empujado para sobrevivir y poder alimentar a los suyos son los muros. Aquellos que controlan tu trabajo son los jefes de los grupos de la cárcel.
La constante critica moral de cada aspecto y acto de nuestras vidas son las esposas y cadenas.
Nadie va a valorar el trabajo que hagas en la cárcel y pocos valoran el trabajo que hagas fuera de ella.
Al final hagas lo que hagas simplemente se considera que “Es tu deber” y por tanto no debes esperar agradecimiento por él, pero cuando otros realizan la tarea si no se lo agradeces es que no tienes consideración hacia los demás.
En mi opinión no hay deberes en esta vida, nada es el deber de uno, es uno mismo quien debe hacer de buena gana lo que cree correcto, ya sea por que entiende que hay un beneficio en ello o que ello mismo puede beneficiar a quienes le rodean a uno, o incluso por evitar la tarea a otras personas que sienten la necesidad de realizar otras tareas con el fin de hacer la celda de su vida algo más grande y no tan aprisionante.
A mi entender el único deber del ser humano para con sus congéneres es el de reconocer y agradecer el trabajo desempeñado por los demás, aunque en su forma no coincida con el criterio de uno, y hablar sobre como mejorarse unos a otros, sin exigir nada a nadie que no sea uno mismo.
Pero al no ser así, al no reconocerse ni la más mínima tarea o dedicación a algo y al evidenciar los demás que no debes emitir queja o desazón por tarea o situación, hace que llegue la frustración en un mundo donde no se aceptan desahogos.
La vida es un espacio en el que uno no puede desahogarse poco a poco para soltar lastre por que nadie quiere escuchar las penas de los demás, ni la frustración, considerándote un quejica o debil, o simplemente por que ellos se encuentran en una situación similar a la tuya y no quieren absorber más sentimiento de frustración.
Y es que es inevitable que llegue la frustración cuando todos estamos encarcelados en está prisión en la que nadie hace nada por mejorar la situación y nadie hace nada por que aquellos que abusan de los demás paguen por sus pecados.
Simplemente uno debe callar y tragar, y aquellos que te empujan a esa situación no entienden que eso al final provoca frustración y al callar esa frustración se va almacenando en un espacio finito en el que para poder caber más esta se comprime como los estratos de sedimentos que al final se trasforman en rocas, hasta el momento en que las rocas empiezan a friccionar unas con otras calentándose, expandiéndose y por ello aumentando la presión hasta que finalmente estalla en ira desbordada e incontrolada como la erupción de un volcán que termina provocando daños de manera indiscriminada, no solo ante los demás sino ante uno mismo.
Hace unos meses mi volcán estalló y el monitor de mi ordenador terminó pagando por ello, y ese acto de violencia impacto en los demás como una ola de presión que recorrió el aire de la sala colisionando en el corazón de los demás.
No quiero ser así.
Nunca he querido ser así.
Pero ¿Cómo evitarlo cuando todo te empuja a esa situación y no puedes desahogarte ni existe espacio para ello?
Cuando ves que evidenciar el error de los demás hace que caiga sobre ti más juicio al considerarse que “echas en cara” las cosas a los demás, pese a que tu intención real es simplemente tratar de obtener un mínimo de consideración hacia tu posición y encontrar un punto medio de paz entre las frustraciones e intereses de todos.
Ojala encuentre una respuesta a este problema para ser mejor de lo que soy y no hacer con ello daño a aquellos a los que quiero y que me rodean.