Hermanos Juramentados de la Espada Negra
¿Llegó la hora de ocin+?
26-1-2017 14:05
Por Verion
Quizá este artículo debería titularse “las redes sociales y yo”, porque sin duda va a tratar de cómo se estructuran las redes sociales, por qué me llevo mal con ellas, qué saco ocasionalmente de su existencia, y finalmente por qué no me gustan los cambios en google plus, y en si ha llegado la hora de que ocin tenga su propia red social. Me va a costar.

Antes de dedicarme a promover el juego de rol de Espada Negra no tenía cuenta en red social alguna. Ahora que llevo más de ¿cuatro? años con presencia en ellas, puedo decir que en términos personales no me han aportado demasiado, si bien esto tengo que decirlo con reservas, y lo expandiré al final.

Antes de empezar mi retahla de cuestiones por las que me desagradan las redes sociales, quiero que quede claro que también hay aspectos por los que me gustan, en el sentido de que facilitan el acceso a la información y comunicación a personas que no tienen otros medios (conozco casos impresionantes de primera mano) y permiten tanto conocer personas como difundir actitudes importantes.

En este sentido ocurre un poco como con los vehículos privados de gasolina. Está claro que son unos útiles cojonudos para desplazarse y tener independencia, pero contaminan que es un asco, y en general son bastante insolidarios.

En este sentido tengo importantes reservas a las redes sociales, y es que su motivación es puramente comercial. Es decir, nos permiten manifestar nuestras inquietudes y conocer personas en tanto que esto le sea productivo al magnate de turno (o a la junta accionista, lo que sea). Esto es muy peligroso porque le estamos dando el control sobre un aspecto de la vida que debería ser propiedad nuestra (supongo que quiero hablar del software libre) a entidades que solo están interesadas por el beneficio económico.

Esto lleva a que las redes sociales tengan unas características muy chocantes de las que tampoco voy a debatir demasiado porque… ¡este artículo va a quedar muy largo! Mencionaré, por mencionar, que fomentan el olvido, y que algunas son selectivas de cara a mostrar la información. En esto último se lleva la palma mi odiada Facebook.

Los roleros tendimos a salir corriendo hacia la mucho menos popular Google+, que por lo menos es "sincera" y nos muestra en relativo buen orden todas las publicaciones de nuestros contactos. Bien por ella en este sentido, pero en general mal en muchos otros, especialmente en esa cuestión del olvido que tanto le gusta a Google. Quieren que se viva todo el rato en una emoción constante del presente, y eso, de verdad, que no me gusta.

Google plus nació como una herramienta de control de Google. Esta empresa quiere saber todo de nosotros para luego utilizar esa información en su beneficio. Y su beneficio no es el nuestro, es el de sus pagadores, a los cuales beneficiará en lugar de ofrecernos la información u ofertas que en realidad nos convienen. Google quería tener a todo el mundo identificado, de ahí que se pusieran tan pesaditos con fusionar todos sus servicios y tenernos todo el rato logeados.

Esa estrategia no solo no les salió tan bien como esperaban, sino que encontraron otra mucho más funcional: tener a todo el mundo logeado en sus teléfonos para poder acceder a todo el pack de servicios de Google. Desde el repositorio de aplicaciones al servicio de mapas, todo pasaba por el inocente gesto de identificar nuestra cuenta de gmail. Yo a fecha de hoy sigo sin hacerlo, que conste, vivo de “forks” libres, y de implementaciones de “Open Street Maps”.

En cualquier caso, mediante esta forma de tener controlado a todo el mundo pudieron otorgar servicios impresionantes (y los que podrán en el futuro) a cambio de saber dónde vive todo el mundo, y cuanto tiempo pasa en su trabajo, y cuanto tiempo suele gastar en la oficina de correos, y una ingente cantidad de información (¡a fecha de hoy no se puede desactivar los "servicios de ubicación"!), y con el tiempo ya lo tenían todo hecho… ¡y Google plus perdió su función!

Hace un par de días me obligaron a adaptarme a su nueva interfaz. No me gusta demasiado, aunque tengo que reconocer que tampoco me gustaba especialmente la antigua. Esta me molesta bastante por múltiples motivos, uno de los cuales es que no puedo acceder al chat de forma directa, y otro que no puedo explorar por círculos (tengo uno muy rolero y otro muy de literatura, y otro de videojuegos, por ejemplo, y no me mola nada verlos juntos).

Hay personas que señalan que soy un poco inmovilista por no adaptarme a los nuevos tiempos de esta red social, pero para mí los tiros no van por ahí. Lo que ocurre es que me molesta mucho verme obligado por los criterios de una empresa que en realidad no puedo elegir, porque simplemente es la que mis colegas roleros utilizan.

En el mundo ideal del software libre estaríamos hablando de implementaciones en una red distribuida que nos permitiría elegir la experiencia de uso de cada uno. Pero no estamos hablando de ese universo, sino de uno que da bastante más asco.

Voy a poner un ejemplo un tanto claro de la magnitud de esta, desde mi punto de vista, “cagada”: yo uso Open Street Maps -voy a explicarlo mal-, una aplicación de GPS libre muy interesante basada en el uso común de usuarios generales y apasionados de la cartografía. Se trata de una herramienta cooperativa maravillosa que casi da el servicio que da Google Maps, pero que se queda corto a veces. Por ejemplo no da indicaciones exactas de las salidas con referencias a los carteles ni conoce los números de todas las casas de todas las calles.

Para hacer esto último, Google ha tenido que utilizar un recurso interesante y muy caro, y es tomar fotos de todo con sus famosos coches, y luego identificara todos los carteles y números de calles (recurriendo a captcha, de hecho, para ello, otro servicio muy peculiar). Open Street Maps no puede permitirse esto. ¿Por qué Google sí?

Porque Google obtiene, por ejemplo, de cada ciudadano español una media de seiscientos euros al año (datos de 2012, ojo). Esto es una barbaridad de pasta obtenida de la publicidad principalmente, y que nos coloca en una situación de dependencia de sus cómodas herramientas.

En un universo diferente las empresas no se publicitarían en Google, y de hecho no tendrían carísimos departamentos de publicidad, así que sus artículos serían directamente más baratos, y esos seiscientos euros que google nos saca al año… pues estarían en nuestros bolsillos.

¿Y qué podríamos hacer con ellos? No sé, podríamos, por ejemplo, donar dinero a Open Street Maps para que hiciera el mapeado de carteles y direcciones. Si hubiéramos hecho eso, ahora todos los artículos serían más baratos y tendríamos mapas libres posesión de todo el mundo y no de una empresa.

Ya dije que el artículo iba a ser largo, pero he sentado un ejemplo básico de por qué no me gusta Google ni nada de lo que hace, incluyendo, como no, Google+, que curiosamente es una herramienta que lentamente van desintegrando. En unos términos de “ventajas” para el mundo del rol atravesó un máximo cuando estuvo integrado con youtube y hangouts, pero cada vez lo van desgranando más, y en este momento es un esqueleto de lo que fue. Y los roleros lo notan, porque toda promesa de “RolTV” se hace más complicada, y porque, entre otras cosas, hay un montón de aplicaciones para directos que o han desaparecido o van a desaparecer pronto.

El cariz impositivo de la empresa en este caso está yendo en detrimento de sus usuarios, y probablemente siga haciéndolo en el futuro, pero incluso si no lo hace, yo desde luego me siento incómodo y me hago la pregunta… ¿ha llegado el momento de programar Ocin+? Bueno, la respuesta es “no”, pero explicarlo también es largo.

La idea sería programar un poco “lo que hacía Google+”, pero dentro de Ocin. Lo entrecomillo porque hay cosas que difícilmente van a estar a mi alcance como desarrollador, y me refiero principalmente a las cuestiones de videoconferencia para los que no dispongo ni infraestructura ni, ejem, mucho menos ganas.

Pero habría otras cosas que se podrían mejorar. Hablaríamos de una red al servicio de las aficiones de sus usuarios, sin ninguna implicación económica para el que el derecho al recuerdo y almacenaje serían una prioridad de primer orden. Otra característica a promover sería el debate, algo que en las redes sociales, por su estructura, tiende a ser bastante pobre. Los buenos debates en las redes sociales, son, desde mi punto de vista, una excepción mayor que los que ocurren en otros medios.

Hay que señalar que algunas personas han señalado el fracaso de redes como “abandontable” como un mal vaticinio para una iniciativa así. Creo que no van del todo errados, pero hay que decir que esta herramienta pretendía basarse en los encuentros para partidas, y sus interfaces eran… bueno, pesadas.

En este sentido Ocin tiene una ventaja, y es una aceptable cantidad de usuarios que podrían darle un movimiento en su comienzo que luego se extendiese, y eso es en sí mismo interesante porque no exige un esfuerzo grande para nadie (de hecho la creación de cuenta es trivial).

Otras opiniones críticas señalan que una red social especialista no tiene futuro, y aquí sí puedo estar más de acuerdo. Las personas no tienden a logearse en doscientos servicios, sino en los dos o tres que funciona, y en este sentido la idea es tener todas las facetas de uno unificadas. En este sentido “Ocin+” sumaría esta resistencia a todas las que ya tendría. Esto es un argumento muy serio, porque no estamos hablando de un sector poco intrusivo, sino de uno totalmente dominado por grandes empresas que se descojonan de esfuerzos pequeñitos como este.

Así que creo que una red social de este estilo, especialista, centrada en sus usuarios y no en el beneficio económico, caería en desuso. Así que… no, no creo que haya llegado el momento de publicar Ocin+.

De alguna forma tiendo a pesar que algo así exigiría un compromiso grande de una comunidad. Se me ocurre que tendría que haber un elemento centralizador, como pudiera ser un crowdfunding, y no por el hecho de recaudar dinero en sí (no lo veo necesario), sino porque así las personas se comprometerían con el proyecto.

Creo que no es el momento de programar Ocin+, y en realidad es posible que nunca lo sea. Pero la verdad es que quizá lo haga de todas formas, no porque sea su momento, sino porque puedo, y me parece que es lo correcto. Porque algo así tendría que existir para que el mundo… apestara un poco menos. Y si luego las personas no quieren usarlo… no sería porque yo no me hubiera esforzado.

En realidad esto es todo, pero no quería dejar pasar la oportunidad de decir que realmente he reflexionado largo rato sobre lo que las redes sociales me aportan y me han aportado. En este sentido considero mi “bien” más valioso las amistades adquiridas, y tras meditarlo me resulta chocante que la mayoría de las de los últimos cuatro años (el tiempo desde el que accedo a redes sociales) se han trabado mediante redes más tradicionales. Sí es verdad que a muchos miembros de la hermandad los he conocido a través de Google+, pero con prácticamente todos ellos he tenido también coincidencias en jornadas. ¿Los habría conocido de no existir redes sociales? Quiero pensar que sí, que las fuerzas que nos llevan a trabar estos lazos personales no están condicionadas por las herramientas utilizadas, sino que estas son como mucho un catalizador, “el camino fácil”.

Y en cualquier caso, y para que esto no parezca un compendio de odios, quiero manifestar mis buenos deseos a los lectores, especialmente en todo lo que se refiere a trabar relaciones personales positivas, conmigo a ser posible.


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